EEUU y China aparcan su batalla comercial hasta la cumbre del G20

La guerra arancelaria en curso entre las dos mayores economías del mundo promete vivir un punto de inflexión en la próxima cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los 20 que celebrará en Buenos Aires, Argentina, el próximo 30 noviembre.

Para entonces se espera que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, aprovechen el encuentro para intentar relajar las tensiones que han resultado en la imposición de gravámenes para más de la mitad de los bienes chinos que llegan al país. Pekín ha hecho lo propio con más del 80% de las importaciones procedentes de la primera potencia mundial. Ambos países aplican ya gravámenes importaciones por valor 360.000 millones de dólares, según la consultora comercial Panjiva.

“Las negociaciones tocarán techo en el G-20” advertía el martes, Larry Kudlow, el director del Consejo Económico Nacional. “Existe una gran oposición a lo que está haciendo China”, matizó. Estas declaraciones se produjeron después de que durante el fin de semana se materializasen de nuevo las primeras tensiones entre Washington y Pekín durante el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés).

Según adelantó el Wall Street Journal, el propio Xi se enfrentó el sábado con EEUU y pidió a los funcionarios estadounidenses que dejaran de lado “la arrogancia y los prejuicios”. Tensiones que se desmarcaron del optimismo mostrado recientemente por Trump.

De hecho, en una crítica implícita a EEUU, el consejero de Estado Wang Yi, señaló que la falta de un comunicado al finalizar la cumbre de la APEC no fue “de ninguna manera accidental”. “Se debió principalmente a que economías individuales insistieron en imponer sus propios textos a otras partes, poniendo como pretexto el proteccionismo y el unilateralismo, y sin aceptar las revisiones razonables de China y otras (naciones)”, según comentarios difundidos por el Ministerio de Relaciones Exteriores.

En el ardor del enojo

Se dejaron notar así las nuevas tiranteces generadas por el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, representante de su país en la APEC, que a ojos de Pekín acudió al foro “en el ardor del enojo”. Pence incidió que Washington no estaba dispuesto a achantarse y recordó que la Casa Blanca podría duplicar sus aranceles, a menos que Pekín ceda a sus demandas. Aún así, el estadounidense recalcó que “Trump cree que un acuerdo es posible“.

El South China Morning Post indicó que el viceprimer ministro Liu He, el principal negociador comercial de China y el principal asesor económico de Xi, cambió sus planes de viajar a la capital estadounidense tras el reinicio de las conversaciones entre Pekín y Washington. Esta decisión tiene como objetivo garantizar que las negociaciones tendrán un efecto más directo una vez culmine el cara a cara entre los presidentes de ambos países.

De no lograr un acuerdo, el próximo paso de la Administración Trump es elevar del 10% al 25% los gravámenes ya en vigor sobre un catálogo de productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares.

 

Fuente: El Economista (21-11-2018)

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