Tempos energía en la revista “Agenda de la empresa”

Os dejamos una entrevista publicada en la revista “Agenda de la empresa” de Octubre 2015 en su edición número 205. ANÁLISIS DEL ESCENARIO DE COMPRA DE GAS: EVOLUCIÓN COTIZACIÓN BRENT Y TIPO CAMBIO PARA CUARTO TRIMESTRE DE 2015 y 2016. Sabes, la primera vez en mi vida que me topé con una ecuación para la compra de gas, indexada al barril de Brent y al Tipo de Cambio (en adelante, TC), la conclusión fue instantánea: fórmula fácil y sin complicaciones. Como conoces, y por simplificar un poco, hay un numerador, dominado por la cotización del barril Brent, en sus diferentes opciones y, un denominador, en el que solo existe una variable: la razón entre las cotizaciones de las monedas euro (€) y dólar ($). Con el tiempo, he caído en la cuenta que predecir y/o estimar la evolución de tal ecuación, es difícil, más incluso que el propio “pool eléctrico”, siendo precisamente el objeto de este artículo. En lo que se refiere al TC, ahora mismo, martes 15 de septiembre, todas las miradas se dirigen a un mismo punto: saber si la Reserva Federal (en adelante, Fed) va a subir los tipos de interés – recordemos que actualmente están al 0%, estancados, desde diciembre de 2008 -. Antes de entrar en detalles, diremos que, estableciendo una aproximación de primer orden – es decir, sin realimentación entre Brent y TC -, ante un encarecimiento del billete verde, la consecuencia es fácil de adivinar: la paridad €/$ estará más cerca, lo que se traduciría en un encarecimiento del precio del gas. Hemos de decir que, la razón mencionada, antes o después, será alcanzada, por una sencilla razón: estamos ante un cruce de líneas. Por un lado, las políticas de la Fed, vienen de vuelta, cuestionándose una posible subida de tipos, tras el abandono de una política expansiva – reduciendo el importe de las compras de activos en el mercado y, manteniendo únicamente la reinversión de los cupones y vencimientos de los bonos que ya tiene -. En la otra orilla, el Banco Central Europeo (en adelante, BCE), manteniendo los tipos de interés en el 0,05% – desde septiembre de 2014 -, y ayudándose de su programa de expansión cuantitativa (Quantitative Easing, QE), que puso en marcha en marzo – la Fed, terminó su programa en octubre de 2014 -, y cuyo objetivo era inyectar 60.000 millones mensuales, lo cual quiere decir que, en septiembre de 2016, se alcanzarán los 1,4 billones. Esto lo hace el BCE, manifestando que, si es necesario, ampliará el programa, de hecho, este mes pasado, decidió elevar el límite de compra en cada emisión del 25% al 33%. Por el contrario, los miembros del Comité Federal de Mercado abierto (en adelante, FOMC), proyectan una subida escalonada de tipos, es decir, que después de esta inminente, vendrán más, hasta situarlos en la horquilla del 0,5%-0,75%. Pero, qué es lo que hace a la balanza, estar cerca de la subida, o, por el contrario, aproximarse una vez más a la quietud. Principalmente, los funcionarios de la Fed, tienen dos objetivos claros: (1) Lograr el máximo empleo y (2) Situar la inflación en el 2%. En lo que se refiere a la tasa de empleo, EEUU, estima que estará en un escenario de pleno empleo, cuando logre situar la cifra dentro de la horquilla del 5%-5,2% y según los datos de junio de este mismo año, se está muy cerca, justamente en el 5,3%. Sin embargo, el problema parece venir por el lado del índice de precios – la Fed prefiere mirar a la inflación, relacionándola con el gasto del consumidor -. Si se produce un encarecimiento del dinero, los países emergentes – no tienen las reservas de China -, tendrán problemas de liquidez, por ejemplo, Turquía, ya que parte del capital se retiraría de estas economías en busca del dólar, esto, junto al abaratamiento de las materia primas, el crudo en especial – ves, al final hay retroalimentación -, haría una presión a la baja sobre la inflación. A este escenario, hemos de añadir que, la segunda economía del mundo se está enfriando – este verano hemos visto como el yuan se ha devaluado varias veces de manera consecutiva -: China importa y exporta menos, un 14,3% y un 6,1% interanual, respectivamente – en julio, el índice de actividad empresarial, se situó en 50,2, sabiendo que, por debajo de 50, existe contracción -. . Por tanto, el volumen de las exportaciones quedaría dañado de manera seria, ya que, se produciría un cúmulo de circunstancias: menor tirón del país asiático y economías emergentes con tensiones de liquidez. De esta manera, haciendo uso de la prudencia, la Fed, debería esperar y dejar pasar esta fecha, sin provocar una posible subida, por lo menos, hasta que en el horizonte se vea una situación clara para su principal competidor. En el otro lado de la palanca, hemos de fijarnos en la cotización del barril de Brent. En este capítulo hemos de coger prestadas las palabras que el ministro del petróleo Saudí, Ali Al Naimi, dijo en diciembre: el mundo podría no volver a ver el crudo a 100$. Dicho esto, aquí el mercado se rige por la máxima: ley de la oferta y la demanda. Por el lado de la oferta, la ecuación podríamos simplificarla como sigue: Shale Gas [9,5 Mill] + OPEP [30 Mill] + Irán [0,5 Mill], en total, 40 Mill de barriles al día. A esta fórmula, hemos de añadir los siguientes retoques: (1) dos países externos a la OPEP, Canadá y Brasil, lograron récords de producción en 2014. (2) Según el ministro de petróleo de Irán, la cantidad señalada aumentaría hasta alcanzar 1 Mill de barriles, meses después de que el congreso de EEUU apruebe la supresión de sanciones y, su intención es regresar a los 3,8 Mill – 3,9 Mill – si sucede se convertirían en el tercer productor de la OPEP -. (3) Dados los precios bajos del petróleo, existe una disminución de extracción – en julio, 600.000 barriles, de países no-OPEP -. (4) Pese a la continuas dudas acerca de la rentabilidad de las plantas de fracking, Ryan Lance – presidente de ConocoPhilps -, fue rotundo: El fracking está aquí para quedarse – recordemos que gracias a ésta técnica EEUU a superado a Rusia como primer productor de hidrocarburos -. De esta manera, en estos momentos, nos encontramos con un exceso de oferta, que se podría cuantificar entre 500.000 y 3 Mill de barriles al día. ¿Pero cuáles son las consecuencias de esta feroz producción?, pues muy sencillo: nadie quiere perder clientes – en el argot financiero, se llama cuota de mercado -, con lo cual, cuanto más tiempo pase, mayor será la presión sobre una cotización bajista de Brent, ya que los inventarios, día a día van creciendo – las reservas de EEUU se encuentran en máximos históricos, con 450 Mill -. En la zona de la demanda, y según la Agencia Internacional de la Energía (en adelante, AIE), prevé que el consumo global aumente en 1,6 Mill – respuesta directa de los consumidores ante un petróleo barato -. Por lo tanto, y hasta que alguien deje de pisar el acelerador, a costa de quedarse fuera de mercado – lo cual, es más que dudable -, seguiremos con una sobreoferta y por lo tanto, con precios bajos, alrededor de los 50 $/bbl.

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